Manuel Gregorio González, Jacobo Cortines, Fernando Mansilla, Rodríguez del Corral y Carlos Alberto González debaten sobre el estado de la creación literaria en la ciudad.
Francisco Camero / Sevilla
Actualizado 16.05.2012 - 07:50
José Daniel M. Serrallé, director de la Casa de los Poetas, con los protagonistas del debate.
Cinco escritores, de distintos ámbitos y distintas generaciones, se reunieron ayer para hablar en la sala Apeadero del Ayuntamiento del estado de la creación literaria en Sevilla, una cuestión que la Casa de los Poetas y las Letras comenzó a analizar con esta primera mesa redonda y que continuará explorando mañana y el viernes con otras dos centradas en la edición y la lectura. Hubo poquísimos desacuerdos, enfoques diversos y un consenso: escribir no es llorar. Manuel Gregorio González, ensayista y por lo tanto -bromeó- "escritor acostumbrado a un público minoritario o inexistente", negó la validez de ese viejo lamento fatalista de Larra, celebró la buena salud editorial de la ciudad, con sellos muy activos y catálogos estimulantes, y el hecho afortunado para los escritores de que "todavía existe el periodismo en Sevilla", en el que se desevuelven poetas y narradores nacidos o afincados en la ciudad como -citó el crítico literario de este periódico- Eva Díaz, Alejandro Luque, Fernando Iwasaki, Andrés González-Barba, Francisco Correal y Braulio Ortiz Poole.
Jacobo Cortines, poeta, profesor y "exquisito editor" -como lo calificó José Daniel M. Serrallé- y el escritor José Luis Rodríguez del Corral coincidieron en que en mayor o menor medida publicar desde Sevilla tiene un coste, implica una menor repercusión en el resto del país, aunque en este punto discreparon con ellos tanto González, convencido de que eso de irse a Madrid para confirmarse como escritor es "cosa antigua", como el dramaturgo, músico y escritor Fernando Mansilla, que anda entusiasmado con "las posibilidades de la autogestión" que han aparecido en los últimos años y con nuevas editoriales como El Cangrejo Pistolero o El Rancho, sello discográfico que ampliará pronto sus actividades con la edición de libros, entre ellos la novela que Mansilla tiene escrita desde hace años sobre la vida perra en el Pumarejo de los 80; dos ejemplos, dijo, de editoriales que no se limitan a la mera edición de una obra, y que atestiguan la "intensa actividad cultural subterránea" que hay en la ciudad. Carlos Alberto González, catedrático de Historia Moderna de la Hispalense, dio unas pinceladas sobre las circunstancias que hicieron de Sevilla, sobre todo gracias al descubrimiento de América, un "polo de atracción cultural", lo que implicó un desarrollo frenético de la cultura escrita; y también, como apuntó más tarde el hecho de que Sevilla esté "tan escrita", pero "en un momento en el que aparecía como escenario exótico", un paisaje muy distinto al que querría leer a Rodríguez del Corral, que desea que algún coetáneo tenga "la ambición de contar la Sevilla donde vivimos nosotros". Todos estuvieron de acuerdo, en cualquier caso, en que Sevilla no tiene una gran tradición novelística -"quizás tanta calle y tanto bar favorezca el cultivo de la poesía"- pero sí, dijo Cortines, los mejores poetas españoles.
Fuente: DIARIO DE SEVILLA
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