De oficio, estibador de sombras
El poeta José Daniel García presenta su libro Estibador de sombras, un libro que se mueve "en la frontera donde se confunden el desencanto y la verdad", en la Residencia de Estudiantes de Madrid.
NUEVATRIBUNA.ES / ANTONIO SANTO 16.09.10
Ayer la Residencia de Estudiantes de Madrid se convirtió en escenario para la presentación del libro Estibador de sombras, del joven poeta José Daniel García (Córdoba, 1979). El autor, que disfrutaba hasta hace sólo unos meses de una beca de creación en la Residencia, es crítico literario en el suplemento cultural Cuaderno del Sur del Diario de Córdoba, es ideólogo y co-fundador del Colectivo Caín y ha aparecido en antologías de poesía contemporánea como la realizada por Luis Antonio de Villena La inteligencia y el hacha. La presentación de Estibador de sombras, su tercer libro tras El sueño del monóxido (DVD ediciones, premio INJUVE 2006 de poesía) y Coma (ed. Hiperión, premio Hiperión 2008), corrió a cargo del también escritor y cordobés Joaquín Pérez Azaústre.
Azaústre destacó en la presentación las características del reconocible estilo de J. D. García, su contención en el lenguaje, que busca romper la musicalidad y desautomatizar las formas poéticas, además de su visión poliédrica de la realidad. La mirada oscura y la contención verbal, afirmó Azaústre, se desarrollaron en Coma en poemas "simbolistas, secos y duros, con una propensión hacia el malditismo"; pero no adoptando el personaje de poeta maldito, sino iniciando una reflexión sobre lo que habita en los márgenes, en las fronteras oscuras, en los rincones olvidados. La obsesión del poeta es desentrañar como un cirujano, con la actitud de un novelista, el personaje del poeta maldito que se rebela contra todo lo impuesto. Pero esta rebelión "no es una insurgencia social, sino de lenguaje, estética, simbólica". En Estibador de sombras delimita el mundo que se quiere habitar a través de la poesía: la sombra, la penumbra; y el trabajo poético no es el de un profeta iluminado, sino el de un estibador: un trabajo artesanal, humilde, pero marcado por un compromiso con el orden pese a tratarse de una poesía "salvaje y violenta". José Daniel García señaló que el yo poético a través del que habla en Estibador de sombras explora los márgenes e "indaga en la experiencia de la soledad y el vacío, en la frontera donde se confunden el desencanto y la verdad", siempre a través de una mirada honesta y sincera. Definió el trabajo de poeta como una tarea de criba del lenguaje para "diferenciar la luz del humo".
Estibador de sombras, con prólogo de Luis Antonio de Villena e ilustraciones de Antonio R. Montesinos, se ha editado en este año 2010 con el sello de Cangrejo Pistolero Ediciones, en la ciudad de Sevilla.
Fuente: www.nuevatribuna.es
Ayer la Residencia de Estudiantes de Madrid se convirtió en escenario para la presentación del libro Estibador de sombras, del joven poeta José Daniel García (Córdoba, 1979). El autor, que disfrutaba hasta hace sólo unos meses de una beca de creación en la Residencia, es crítico literario en el suplemento cultural Cuaderno del Sur del Diario de Córdoba, es ideólogo y co-fundador del Colectivo Caín y ha aparecido en antologías de poesía contemporánea como la realizada por Luis Antonio de Villena La inteligencia y el hacha. La presentación de Estibador de sombras, su tercer libro tras El sueño del monóxido (DVD ediciones, premio INJUVE 2006 de poesía) y Coma (ed. Hiperión, premio Hiperión 2008), corrió a cargo del también escritor y cordobés Joaquín Pérez Azaústre.
Azaústre destacó en la presentación las características del reconocible estilo de J. D. García, su contención en el lenguaje, que busca romper la musicalidad y desautomatizar las formas poéticas, además de su visión poliédrica de la realidad. La mirada oscura y la contención verbal, afirmó Azaústre, se desarrollaron en Coma en poemas "simbolistas, secos y duros, con una propensión hacia el malditismo"; pero no adoptando el personaje de poeta maldito, sino iniciando una reflexión sobre lo que habita en los márgenes, en las fronteras oscuras, en los rincones olvidados. La obsesión del poeta es desentrañar como un cirujano, con la actitud de un novelista, el personaje del poeta maldito que se rebela contra todo lo impuesto. Pero esta rebelión "no es una insurgencia social, sino de lenguaje, estética, simbólica". En Estibador de sombras delimita el mundo que se quiere habitar a través de la poesía: la sombra, la penumbra; y el trabajo poético no es el de un profeta iluminado, sino el de un estibador: un trabajo artesanal, humilde, pero marcado por un compromiso con el orden pese a tratarse de una poesía "salvaje y violenta". José Daniel García señaló que el yo poético a través del que habla en Estibador de sombras explora los márgenes e "indaga en la experiencia de la soledad y el vacío, en la frontera donde se confunden el desencanto y la verdad", siempre a través de una mirada honesta y sincera. Definió el trabajo de poeta como una tarea de criba del lenguaje para "diferenciar la luz del humo".
Estibador de sombras, con prólogo de Luis Antonio de Villena e ilustraciones de Antonio R. Montesinos, se ha editado en este año 2010 con el sello de Cangrejo Pistolero Ediciones, en la ciudad de Sevilla.
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