He decidido que quiero ir a Sevilla. Lo decidí ayer, después de conocer a Javier Gato en La Casa del Libro de Fuencarral, donde, con el respaldo de Iñaki (que está haciendo una labor impagable potenciando la actividad cultural de la librería) presentaba su poemario Diario de un gato nocturno.
Javier Gato es un poeta andaluz, que define el mundo como una discoteca y concibe la noche sevillana como la corte apocalíptica de Maria Antonieta y Luís XVI. Estamos en el S.XXI, pero nuestro desengaño, el gusto amargo que nos queda en la boca cuando volvemos a casa de madrugada, después de recorrer un sendero de copas y tabaco, es el mismo en Sevilla y en Pekín: la noche y nada más; la vida que no despierta si no estamos en viernes, sábado o domingo, porque el resto de la semana permanece latente y gris, a la espera de que se enciendan las luces de colores del primer local.
Me gusta como el Gato explica sin vergüenza, con una voz muy alta, que capta el interés de la clientela, que el DJ es como un dios del Olimpo, capaz de exaltar con su música al resto de los mortales. Describe los lavabos mugrientos de los afters y las actitudes prepotentes de los porteros de discoteca, que tienen en su mano el poder de escoger quién entra y quién se queda fuera de esa espiral hacia la absoluta decepción, salpicada de éxtasis y ketamina.
Entre el choque de los vasos de whisky,
Las risotadas degradadas con éxtasis,
El acoso de luces y flashes en la bruma,
Entre el roce lascivo de bultos y curvas,
El rictus fúnebre, implacable,
De Lourdes.
Por encima de la música ensordecedora
Me llegan los alaridos del silencio de Lourdes,
Toda labios sucios de carmín agrio.
Verla observándolo todo desde la barra
Con ojos de vozka
Es ver que al fin y al cabo
El hombre es un ser
Para la muerte.
Recitando, el poeta tiene el sello intelectual de Miguel de Unamuno, mezclado con el embrujo sin origen de Lola Flores y Jesulín. Es, sin duda, un personaje único. Y sus versos merecen la pena.
…
Y al cerrar la discoteca,
El silencio sobre un desierto de botellas.
Ese es el destino, esa la tragedia:
Los gatos siempre caminarán solos,
Como Cain
…
Fuente: elpais.com
Javier Gato es un poeta andaluz, que define el mundo como una discoteca y concibe la noche sevillana como la corte apocalíptica de Maria Antonieta y Luís XVI. Estamos en el S.XXI, pero nuestro desengaño, el gusto amargo que nos queda en la boca cuando volvemos a casa de madrugada, después de recorrer un sendero de copas y tabaco, es el mismo en Sevilla y en Pekín: la noche y nada más; la vida que no despierta si no estamos en viernes, sábado o domingo, porque el resto de la semana permanece latente y gris, a la espera de que se enciendan las luces de colores del primer local.
Me gusta como el Gato explica sin vergüenza, con una voz muy alta, que capta el interés de la clientela, que el DJ es como un dios del Olimpo, capaz de exaltar con su música al resto de los mortales. Describe los lavabos mugrientos de los afters y las actitudes prepotentes de los porteros de discoteca, que tienen en su mano el poder de escoger quién entra y quién se queda fuera de esa espiral hacia la absoluta decepción, salpicada de éxtasis y ketamina.
Entre el choque de los vasos de whisky,
Las risotadas degradadas con éxtasis,
El acoso de luces y flashes en la bruma,
Entre el roce lascivo de bultos y curvas,
El rictus fúnebre, implacable,
De Lourdes.
Por encima de la música ensordecedora
Me llegan los alaridos del silencio de Lourdes,
Toda labios sucios de carmín agrio.
Verla observándolo todo desde la barra
Con ojos de vozka
Es ver que al fin y al cabo
El hombre es un ser
Para la muerte.
Recitando, el poeta tiene el sello intelectual de Miguel de Unamuno, mezclado con el embrujo sin origen de Lola Flores y Jesulín. Es, sin duda, un personaje único. Y sus versos merecen la pena.
…
Y al cerrar la discoteca,
El silencio sobre un desierto de botellas.
Ese es el destino, esa la tragedia:
Los gatos siempre caminarán solos,
Como Cain
…
Fuente: elpais.com
1 comentario:
Hola Cangrejo!
Encantada de conocerte yo también. Gracias por reproducir la reseña de La Fallera Cósmica. A ver si con la excusa de promocionar "La vida después" voy por Sevilla y nos conocemos. Si vienes por Madrid, cuento con ello también.
Cualquier cosa que organicéis por aquí, mantenme al tanto (marinasanmartin@literaturas.com).
Marina (La Fallera Cósmica)
Un abrazo
Publicar un comentario