Editor, poeta, artista plástico, este inquieto sevillano publica ‘El maestro escarabajo. Ideas para una nueva pedagogía de las artes plásticas del siglo XXI’ en Cangrejo Pistolero Ediciones.
Dice la leyenda que Antonio G. Villarán (Sevilla, 1976) no duerme. Editor, poeta, artista plástico, impulsor del festival de Perfopoesía y profesor de la facultad de Bellas Artes, es lo que la gente sin imaginación llamaría un hombre del Renacimiento. Su última propuesta, que acaba de ver la luz en su sello Cangrejo Pistolero, está orientada no obstante hacia la enseñanza, o mejor dicho, a una revisión en profundidad de la enseñanza tal y como la conocemos.
El maestro escarabajo. Ideas para una nueva pedagogía de las artes plásticas del siglo XXI es el título de este volumen, primero de una trilogía en la que Villarán hablará también de los pedagogos que le han marcado y escribirá una historia de las academias.
"No es que la didáctica del arte es que esté anticuada, es que está anclada en la antigüedad", denuncia el sevillano. "Piensa que Vasari, en el siglo XIV, fue el primero que enseñó a sus alumnos a dibujar esculturas griegas y romanas al carboncillo, y todavía se hace lo mismo en las escuelas españolas. Por no hablar de disciplinas como el graffitti, que ¡ahora! empiezan a ser consideradas como arte", explica Villarán.
No obstante, el autor asegura que en su libro no trata de sentar cátedra, sino de abrir el campo. "En este libro hago una propuesta actualizada, en la que el profesor debe orientar a los alumnos y no imponer dogmáticamente aquello que cree que tienen que hacer", señala. "Sin embargo, no pretende dar todas las respuestas. Lo que sí hace es plantear muchas cuestiones, y su objetivo principal es que se cree un debate, porque falta hace".
"No creo que la enseñanza del arte tenga que cambiar por completo", prosigue Antonio G. Villarán, "sino más bien introducir muchos conceptos que, por otro lado, ya están reflejados en los museos. Lo que no puede ser es que, desde que yo empecé a estudiar, se siga estudiando únicamente a los mismos teóricos: Kandinsky, Bruno Munari, J. J. Beljon... Todavía hay muchos alumnos que ven como algo muy moderno el impresionismo, o el expresionismo abstracto. Necesitamos estar más con los tiempos que corren" agrega.
El sevillano acredita sus teorías con el respaldo de una experiencia amplia en la enseñanza del arte. "He dado clases durante tres años a presos en la cárcel, también en talleres de empleo, a niños con riesgo de exclusión, en una academia independiente como Crea, y ahora en la Facultad... Creo que es ahí desde donde se puede formar el germen de esa necesaria evolución", comenta.
¿Cuáles serán los principales obstáculos a sortear? Para Antonio G. Villarán, ninguno es insalvable si se trabaja en la dirección correcta. Y el cambio puede surgir, por qué no, de Sevilla. "no creo que, como suele decirse, vivamos en el conservadurismo total. Sevilla siempre ha tenido su vanguardia, el problema es que no le daban voz. Aquí teníamos a Manolo Cuervo, a Pérez Aguilera -del que, por cierto, muy pronto publicaremos un libro-, a Manuel Álvarez Fijo... La cuestión es que sólo se dejaba ver lo clásico", apostilla.
Hoy en El Correo de Andalucía, Antonio G.ª Villarán habla de su libro EL MAESTRO ESCARABAJO.
No hay comentarios:
Publicar un comentario